Este villancico lo cantó el año pasado mi hermana María y nos gustó mucho a todos, lo hace muy bien.
El propósito de hoy es no enfadarme o ponerme triste si las cosas van mal. Como en el villancico que prepara tres pasteles y pierde dos. Porque al final Jesús hace el milagro con un pastel. Al final las cosas siempre salen bien.
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